La compañía Mondiale existe desde hace casi 100 años. ¿Pero sabían que nuestros orígenes van mucho más allá? Hasta 1860 para ser preciso. Cuando el negocio de la familia Fondu en Vilvoorde ayudó a poner la industria del metal en el mapa de Bélgica. Desde 1921, esta compañía lleva el nombre de Mondiale.
Por décadas Vilvoorde fue el corazón latiente de los «Mondialistas». Esta es la notable y hermosa historia de Mondiale, registrada para ustedes en una mini serie de 6 partes.
PARTE 1: 1860 a 1894
Vilvoorde, en el año 1860: una moderna ciudad industrial en plena expansión y una importante parada a lo largo del eje Bruselas-Malinas. Esta línea de ferrocarril fue la primera en Bélgica y aún más: la primera de todo el continente europeo. Atrajo a muchos talentos empresariales a esta próspera ciudad.
Jean-Baptiste Fondu, maravilloso ingeniero
Uno de ellos fue Jean-Baptiste Fondu, nacido en 1832. Era el hijo de un cerrajero y se había convertido en ingeniero. Un hombre muy ambicioso. Inventivo y sociable también. Y muy apreciado por ello, incluso en los círculos más altos de París.
Fondu se especializó en equipamiento ferroviario, como inventor y productor. Hizo ingeniosas mejoras en las puertas, cerraduras, manijas, iluminación, sistemas de seguridad y carrocería. Inventó un sistema para el registro del tiempo de los vigilantes nocturnos. Diseñó el equipo para las mangueras de incendios en los trenes.
La fábrica de Fondu, precursora de Mondiale
En su fábrica producía clavos, remaches, pernos, tuercas y bisagras. También tenía una cerrajería y un taller de máquinas herramientas. Esto último ciertamente le suena a todos los que conocen la Mondiale de hoy.
‘Fondu – Staadt, Fabrique de Matériel de Chemin de Fer’, ese fue el primero de muchos nombres. Pero esta fábrica permaneció durante años en el mismo lugar: en un antiguo monasterio dominicano en la calle Lange Molenstraat, cerca del río Zenne.
Se pasa la antorcha
En 1894, Jean-Baptiste se retiró finalmente del Consejo de Administración. Unos años más tarde, a la edad de 69 años, emigró a Ohio en los Estados Unidos. Mientras tanto, la antorcha fue entregada a sus 3 hijos. La compañía cambió otra vez de nombre: ‘Société en nom collectif Charles J.B. Fondu et Soeurs’.
Una nueva era y un nuevo régimen … pero lo leerán en la siguiente parte.
Fuente: STAPPERS, M. (1998). De Merkwaardige geschiedenis van een Vilvoords Metaalconstructiebedrijf – 1860-1989. Vilvoorde, Dupress Vilvoorde.